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CLAVES | Gasoductos Nord Stream y la seguridad de la infraestructura crítica

29 de septiembre de 2022
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CLAVES | Gasoductos Nord Stream y la seguridad de la infraestructura crítica

Las autoridades de Alemania, Dinamarca y Suecia se encuentran investigando como posibles “sabotajes” las fugas que afectaron esta semana a los gasoductos Nord Stream 1 y 2 , las que sucedieron luego de que se detectaran explosiones y bajas de presión en las tuberías que transportan gas ruso hacia países europeos.

La Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han declarado que los incidentes parecen ser producto de “deliberados e irresponsables actos de sabotaje” sin responsabilizar aún a nadie, y han prometido respuestas contundentes. A continuación, un breve análisis de AthenaLab.

INFRAESTRUCTURA CRÍTICA

La UE depende de Rusia para alrededor del 40% de su gas natural, parte del cual se transportaba por los gasoductos afectados. Al momento de producirse las explosiones, el Nord Stream 1 no movilizaba combustible (debido a una falla en una planta denunciada por Rusia) y el Nord Stream 2 nunca entró a operar, por las represalias de Alemania contra Moscú producto de la invasión a Ucrania.

Sin embargo, había gas en las tuberías y eso explicaría la liberación de metano a la atmósfera. Mientras se investiga el origen de los incidentes, los ductos están llenándose con agua salobre, lo cual ha llevado a las autoridades alemanas a dudar si se podrán utilizar a futuro.

Estados Unidos, en particular, siempre advirtió a sus aliados europeos sobre los riesgos que implicaba acrecentar su dependencia del gas ruso por medio de la construcción del Nord Stream 2, ya que en el caso de una crisis, un corte de suministro se convertiría en una herramienta de presión, tal como ha ocurrido ahora.

Noruega ha reforzado con medios militares la protección de su infraestructura crítica, puesto que desde ahí se exporta gas a Polonia vía el gasoducto Baltic Pipe. A su vez, los países con intereses en el Báltico desplegaron buques para vigilar la zona.

ENERGÍA

La seguridad energética no es la misma para todos los países. Si para las economías desarrolladas implica la disponibilidad de recursos suficientes a precios asequibles, es decir, “seguridad de la oferta”, los exportadores netos, en cambio, esperan “seguridad de la demanda” para sus productos. En cuanto a los países en desarrollo, todo depende de la estabilidad de los precios y contar con acceso garantizado a las fuentes de suministro. Si bien la integración energética es deseable en términos de costo-beneficio, siempre conlleva el riesgo de generar dependencias complejas.

MAR BÁLTICO

Este mar interior, de unos 377.000 km2 y una profundidad media de unos 55 metros, tiene salida al Atlántico. Lo bordean nueve países de la UE y Rusia. El hecho de que Finlandia y Suecia hayan decidido integrarse a la OTAN, básicamente, lo convertirá en un “lago” de la Alianza Atlántica para la inquietud del Kremlin.

Su escasa profundidad general no solo ha facilitado la instalación de los gasoductos que lo atraviesan, sino que también los hace fácilmente alcanzables por submarinos, buzos, drones o sondas lanzadas desde barcos.

De hecho, algunas de las fugas ocurrieron a unos 70 metros de profundidad. Además, y aquí un dato interesante, fuera de las 12 millas náuticas o mares territoriales de Dinamarca y Suecia, lo cual hace que esos países no consideren los “sabotajes” como actos de guerra.

FONDO MARINO

La seguridad marítima suele manifestarse en tres dimensiones: la interestatal, donde se encuentran la competencia, crisis y guerra; la del terrorismo marítimo de actores no estatales, y la de crímenes azules de actores no estatales, es decir, piratas, contrabandistas, contaminadores y pescadores ilegales.

En el mundo actual, la seguridad marítima no solo se relaciona con la superficie, sino también con el fondo marino, por donde se despliegan ductos de energía y cables de fibra óptica, así como se encuentran recursos minerales y biológicos. De ahí la importancia creciente del control de las plataformas continentales y también de las capacidades submarinas de los países, que incluyen desde sumergibles hasta buzos tácticos y drones.

¿RESPONSABLES?

De confirmarse la hipótesis sobre los sabotajes, la respuesta que todos quieren conocer apunta a los autores, puesto que atentar contra los gasoductos “claramente, no interesa a nadie”, según afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, al conocer la noticia. Así como los países europeos ven afectada una vía para el suministro de gas ruso, especialmente ahora cuando se acerca el invierno, Moscú quiere convocar una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para analizar lo ocurrido, ya que perjudica a uno de sus principales productos de exportación y fuente de divisas. Como sea, los sabotajes marcan un peligroso punto de inflexión en un mundo cada vez más inestable.

CONCLUSIONES

  • Los sabotajes contra la infraestructuras críticas, en un mundo donde las economías son interdependientes, siempre han representado un gran riesgo, pero ahora podrían convertirse en una amenaza concreta y más frecuente. Causan gran daño, no se requiere mucha preparación para atentar contra ellas y es difícil identificar a los responsables por la extensión y densidad de las mismas.
  • Los países deben evaluar cómo protegen este tipo de infraestructura y el rol de sus fuerzas militares en el aseguramiento de las líneas de suministros o cadenas de valor que son clave para sus economías.
  • Las dependencias comerciales también tienen que ser evaluadas desde la dimensión de la seguridad nacional. Convertir en un “arma” ese tipo de dependencias (weaponisation[1]) es una posibilidad, como ha quedado demostrado con los cortes súbitos de gas desde Rusia a los países europeos que apoyan a Ucrania.
  • Los fondos marinos deben ser incluidos en las estrategias de seguridad marítima, debido a que en ellos encontramos ductos de energía, cables de transmisión de datos y todo tipo de recursos. Las Armadas, en particular, tienen que contar con capacidades para acceder al relieve submarino para enfrentar posibles amenazas.

Equipo AthenaLab

29 de septiembre de 2022


[1] Galleoti, M. (2022). The Weaponisation of everything: a field guide to the new way of war. Cornwall: Yale University Press.

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