
El rol principal del Estado es proveer seguridad a sus ciudadanos. La prioridad no es ser un estado de bienestar. No tener eso claro nos tiene donde estamos actualmente y ello requiere invertir en seguridad y defensa.

La próxima vez que se nos ocurra hacer recortes en el Presupuesto, por favor recuerden, señores senadores y diputados, que la principal obligación del Estado es la seguridad de sus ciudadanos, seguridad externa que dan las Fuerzas Armadas e interna que dan sus policías.

La guerra moderna está yendo en dirección a la IA, drones, UAVs, robots y toda suerte de ingenios modernos. Debemos estar atentos a no quedar fuera del juego y a estar haciendo las inversiones incorrectas.

Que cada uno asuma su responsabilidad por la Defensa Nacional. Son decisiones demasiado relevantes para los destinos del país y deben ser tomadas con patriotismo, profesionalismo, seriedad y oportunidad.

Pareciera más bien que muchos países hoy se rearman a la espera de que asesinen al próximo archiduque Francisco Fernanda, con las consecuencias que sabemos.

La situación en la Macrozona Sur es un problema de seguridad nacional como también lo es lo desprotegida que está nuestra frontera norte y noreste frente al ingreso de indocumentados y criminales, pero otra cosa es que la única solución sea el uso de las Fuerzas Armadas en modo espantapájaros, que es la solución que normalmente prefieren los políticos.

El propósito de esta columna es comparar la oferta de Janet Jara, Evelyn Matthei y José Antonio Kast en materias de relaciones internacionales, seguridad nacional, defensa y seguridad pública. Hago la aclaración que milito en RN, pero les prometo un análisis serio y profesional, sin sesgos. Lo primero es que son programas de corte político. […]

El empleo de las flotas en clave política está siendo y será más recurrente dado los tiempos actuales, servirán para reforzar mensajes, provocar cambios de actitudes y entrar en acción solo cuando sea indispensable. El despliegue naval de EE.UU. debe leerse en esta clave.

Es hora de sincerar las cosas y buscar que tengamos buena y oportuna inteligencia. La situación de nuestra seguridad nacional, y en particular de la seguridad pública, ya no admite más el no saber qué está pasando o adónde vamos.

Netanyahu ha ido limpiando el aparato de defensa y seguridad de Israel, asignándole a ellos las culpas por el ataque del 7 de octubre, y asignándose a sí mismo las victorias logradas a la fecha sobre Hamas, Hezbollah, e Irán.