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COLUMNA | ¿Quo Vadis Carabineros de Chile?

Necesitamos más Carabineros, muchos más. Si ello no ocurre, deberemos convertir las direcciones de seguridad municipales, a los que ellos reemplazaron hace casi 100 años, en policías municipales.

28 de Mayo de 2025 El Líbero Richard Kouyoumdjian
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COLUMNA | ¿Quo Vadis Carabineros de Chile?

La semana pasada use la expresión “Quo Vadis” con la Armada de Chile a propósito de la celebración del día de las Glorias Navales el pasado miércoles 21 de mayo, y debido a que prontamente tienen cambio de comandante en jefe el 18 de junio.

Carabineros de Chile no tiene por delante en lo inmediato eventos como los antes indicados para la Armada, pero su importancia es más que crítica en lo que se refiere a orden y seguridad pública, por lejos dos de los temas más importantes en el Chile actual, y cuya ausencia desvela a muchos, especialmente los más pobres.

En una reciente encuesta que publicó AthenaLab sobre percepciones de política exterior y seguridad nacional -en sus páginas 33 a la 35- hay una sección dedicada a Carabineros, institución que de acuerdo a su Ley Orgánica Constitucional, tiene por finalidad garantizar y mantener el orden público y la seguridad pública interior en todo el territorio de la República.

Cada vez que escribo sobre Carabineros de Chile no me canso de recordar no solo lo que dice su Ley Orgánica Constitucional, sino también lo que indica la Constitución en su artículo 101, que dice:

“Las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública están integradas sólo por Carabineros e Investigaciones. Constituyen la fuerza pública y existen para dar eficacia al derecho, garantizar el orden público y la seguridad pública interior, en la forma que lo determinen sus respectivas leyes orgánicas. Dependen del Ministerio encargado de la Seguridad Pública”.

Lo anterior lo destaco, ya que a nadie le parece preocupar que Carabineros de Chile no está cumpliendo con lo que establece tanto la Constitución como su Ley Orgánica Constitucional. Esto lo encuentro de la mayor gravedad, debiendo ser materia de preocupación del Congreso, del Ministerio de Seguridad Pública, de las municipalidades y de la sociedad civil, la que tiene todo el derecho a exigir que las instituciones y los ministerios respectivos cumplan con lo que dice la Constitución y las leyes de la República. Si en Chile cada uno hiciera lo que le corresponde, estaríamos hablando de otro país.

En la encuesta de AthenaLab el público general indica que la prevención del delito y la mantención del orden público en las calles son claramente las dos primeras prioridades, quedando en lugares posteriores actividades como el control de tránsito, los rescates de montaña, la guardia del palacio de la Moneda, la participación en desfiles militares, el cuadro verde de equitación, y las presentaciones musicales.

Los expertos son aún más ácidos cuando se trata de las tareas de Carabineros, asignando porcentajes del orden de 89% y 88% a las mismas dos primeras prioridades del público general, a ser la prevención del delito y la mantención del orden público, y dando muy menores puntajes a todo lo que no sea las dos tareas recién mencionadas.

El sentido común del público general, y por otro lado el conocimiento y experiencia de los expertos apuntan a que tenemos un problema, y uno se hace la pregunta de por qué Carabineros no se dedica a lo principal y deja de lado lo que no tiene que ver con su rol constitucional. Me van a perdonar los amigos que tengo en la policía uniformada por mi dureza, pero me pregunto, ¿cómo y dónde Carabineros perdió el rumbo? ¿Fue algo de ellos, o fue algo que, si no fuera por la crisis actual de seguridad, todos permitimos ocurriera?

No ayuda mucho tampoco el hecho de que Carabineros no transparenta sus números. Sospechamos que tienen más de 60 mil efectivos, pero no sabemos cuántos están dedicados a labores de orden y seguridad pública. Tampoco sabemos su distribución geográfica por regiones y comunas, todo lo cual hace muy difícil para municipalidades como la de Las Condes, en donde soy concejal, planificar y diseñar una estrategia de seguridad pública.

Recientemente se han publicado números relativos a sus tasas de ausentismo o la inversa de disponibilidad efectiva, las que se reconocen sobre el 20%. También se sabe que Carabineros junto con Gendarmería son las instituciones que tienen más licencias médicas. Algo nos debe decir eso respecto del estado institucional.

Pongo mucho énfasis en Carabineros, porque son ellos la policía responsable por el orden y la seguridad, y no los departamentos de seguridad pública de las municipalidades, los que para todos los efectos ayudan en el tema, pero que no tienen atribuciones policiales, y no pueden portar armas. Nuevamente uso el ejemplo de Las Condes, una comuna con recursos, que debería tener a lo menos 500 carabineros de dotación, número que sospecho está más cercano a algo entre un cuarto y un tercio de lo que debiera tener.

Por qué preocupa la ausencia de Carabineros, porque las cifras que ellos publican, las S.T.O.P, indican que tenemos para la RM, respecto del 2024, aumentos en los homicidios y en todas las categorías de robos, y que, en casos como Las Condes -comuna un tanto desatendida por ellos- es más impactante aún, destacando el robo en lugar habitado con un aumento de más del 100%. Si ese número preocupa, más preocupa que la cantidad de detenidos que a nivel de la RM es menos de un 14% según los mismos datos S.T.O.P.

Obviamente no se mandan solos, ellos siguen las órdenes del gobierno, en particular del Ministerio de Seguridad Pública al que reportan. Hasta hace muy poco, hasta que salió la ley Naín-Retamal, usar su armamento era ruta segura para ser procesado, por lo que convenía no llegar o llegar tarde, y tampoco ayuda la poca efectividad del Ministerio Público en la persecución penal, razón por la cual la disminución de criminales en las calles no avanza a la velocidad que nos gustaría.

No tienen buenos sueldos, sus jornadas son largas y extenuantes, no se pueden sindicalizar, son obedientes, disciplinados y jerarquizados, y a pesar de todo eso hay muchos que ingresan año tras año a Carabineros, que prontamente cumplirá 100 años. Son una policía militarizada, que tiene su origen en el regimiento de Carabineros del Ejército de Chile. Están orgullosos de su pasado militar, pero necesitan en estos tiempos en que son tan necesarios, focalizarse en lo que es su propósito, garantizar el orden y la seguridad en todo el territorio de la República. El resto es música.

A pesar de todo, los chilenos los quieren y confían mucho en ellos. Necesitamos más Carabineros, muchos más. Si ello no ocurre, deberemos convertir las direcciones de seguridad municipales, a los que ellos reemplazaron hace casi 100 años, en policías municipales. La necesidad de seguridad es directamente proporcional a la inseguridad que Chile experimenta. Si es provista por Carabineros, excelente, y si no lo es, lo será por los municipios que tengan los recursos y capacidades para hacerlo, y de no ser así, los chilenos privatizarán su seguridad o la tomarán en sus manos. La seguridad es una necesidad básica y vital que, al no existir, coloca en riesgo la libertad y el desarrollo de las personas.

Aquí hay dos cosas que deben suceder necesaria y prontamente, el gobierno y el Congreso deben aumentar los presupuestos y recursos de las policías y del Ministerio Público, y, por otro lado, Carabineros no debe esperar que la iniciativa de dedicarse solo a lo principal venga del Ministro de Seguridad Pública, debe venir de ellos y de nadie más. Las obligaciones constitucionales y las establecidas en la Ley Orgánica Constitucional son para Carabineros de Chile, y quienes integran esa querida, prestigiada y casi centenaria institución.

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Vicepresidente AthenaLab

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