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COLUMNA | ¿Necesitamos más soldados, infantes de marina y carabineros?

El rol principal del Estado es proveer seguridad a sus ciudadanos. La prioridad no es ser un estado de bienestar. No tener eso claro nos tiene donde estamos actualmente y ello requiere invertir en seguridad y defensa.  

15 de Octubre de 2025 El Líbero
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COLUMNA | ¿Necesitamos más soldados, infantes de marina y carabineros?

Las estrategias de todos los candidatos presidenciales parten de la base de que se necesitan más carabineros, soldados del Ejército o infantes de marina de la Armada, pero ninguna de ellas es muy precisa en indicar de dónde van a salir, cómo se van a financiar o cuándo van a estar disponibles para ser desplegados en las labores de resguardo de las frontera norte y noreste, o en la Macrozona Sur. Puede que esté todo planificado y claro, pero de estarlo, no se ha informado a la opinión pública, como tampoco a los especialistas objeto poder revisar si es factible y lógico.

El jueves 16 de octubre a las 09:30 horas, el centro de estudios AthenaLab realizará un seminario en que las tres principales candidaturas presentarán sus programas de relaciones internacionales, seguridad nacional incluyendo seguridad pública, y defensa nacional. Las conclusiones de este seminario serán públicas y posterior a su realización estará disponible en video en la página web.

Todos los programas abordan los problemas de seguridad pública, de insurgencia en la Macrozona Sur y de resguardo de las fronteras del norte y noreste con una combinación de medios humanos y tecnológicos, pero difieren en sus estrategias de uso y objetivos. Por ahora todos asumen que el Ejército y la Infantería de Marina continuarán desplegados en las regiones del Biobío y La Araucanía, como también en el caso del Ejército, en las fronteras con el Perú y Bolivia. Carabineros obviamente continuará estando en ambos lugares.

No es que me quiera repetir, pero es importante recordar que tanto el Ejército como la Infantería de Marina actuales son altos en tecnología y bajos en recursos humanos a diferencia de antaño cuando eran exactamente lo contrario, bajos en tecnología y altos en el número de soldados. En el caso del Ejército además hay que agregar que ya no están distribuidos en todas las principales ciudades de Chile, sino en donde hace lógica estratégica de cara a su función principal, la protección y resguardo de la soberanía y el territorio nacional. También corresponde señalar que dejó de ser un Ejército de conscriptos, representando estos no más del 25% de la dotación, o un 30% si agregamos los soldados de tropa profesional (conscriptos que se puedan por un par de años o más en la institución).

No debemos olvidar que el presupuesto del Ejército y la Armada para el 2026, que es similar al original para el 2025, con suerte alcanza a pagar lo que existe en sueldos y gastos generales. Ya sabemos del importante déficit actual, déficit que no queda corregido del todo para el 2026, ya que, si se restituye el recorte realizado en enero, persisten los déficits que generan las asignaciones más altas que ahora reciben por ley los conscriptos, y que aumenta más aun de cara al 2026, y los gastos no reembolsados oportunamente por los despliegues al sur y norte en labores de seguridad interior.

El Ejército actualmente tiene menos de 9.000 conscriptos sumando los dos contingentes. Ya pasaron los tiempos en que la conscripción anual era superior a los 10 mil o el servicio militar era sólo de un año. Los soldados de tropa profesional no superan los 2 mil a pesar de que en origen estaba pensado que fueran 7 mil. Los soldados de tropa profesional son una solución costo efectiva. Son conscriptos que se quedan por un tiempo adicional en el Ejército, ya están entrenados y en condiciones de realizar labores más sofisticadas como son los despliegues a la macrozona o las fronteras. El problema está en que sus sueldos son bajos y adicionalmente, producto de que son muy buenos, son buscados por los privados.

La infantería de Marina está estructurada como una brigada anfibia expedicionaria. Estar con despliegues permanentes en la Macrozona Sur les duele porque son pocos, ya que al igual que el Ejército, tiene infantes de marina desplegados en terreno, los tiene salientes de despliegue que se tienen que reentrenar para su rol principal, y los tiene los que se están preparando para ir al sur. Todo esto por casi cuatro años es muy desgastante, más aún sin compensaciones económicas especiales y ayudas para los grados más bajos. Sus familias lo sufren, y más sufren sabiendo que básicamente los tienen ocupados de espantapájaros. No es de extrañar entonces que los retiros y particularmente en los grados más bajos estén por sobre el promedio de un año normal. El proyecto que sube los sueldos de los grados más bajos descansa en un cajón de la ministra de Defensa Nacional por falta de financiamiento por parte de Hacienda.

Los Carabineros siempre están en todas y todos queremos más de ellos. El problema es que los que entran reemplazan a los que salen. La efectiva de Carabineros no ha aumentado a pesar de los planes del gobierno de aumentar la dotación. Aumentar su dotación requiere capacidades en centros de formación que no existen, presupuesto y equipamiento inexistentes. Aumentar la dotación en 10 mil puede tomar tranquilamente unos cuatro años si es que nos ponemos muy aplicados, financiamos lo que ello significa y dedicamos esfuerzos importantes para ello ocurra. Ayudaría, eso sí, sacarlos de la guardia de palacio, de los desfiles, de las presentaciones ecuestres, de las musicales y del resguardo de los eventos. Se deberían dedicar a lo que les es propio, el orden y seguridad pública. Haciendo eso liberamos un par de miles, pero de seguro no les va a gustar, porque afecta sus tradiciones y el hecho de que son una policía de carácter militar.

Con todo ese preámbulo debería quedar claro que cualquier solución de día uno que implique el uso intensivo de tropas militares y carabineros debe ser cuidadosamente analizada. Claro que se pueden aumentar las efectivas del Ejército, la Infantería de Marina de la Armada o de Carabineros, pero ello requiere de tiempo para completar las dotaciones deseadas, y de financiamiento tanto para las nuevas plazas como mejorar las condiciones de los que están actualmente en servicio y en particular de los grados más bajos.

Una candidata indicó que en un año resuelve el problema de la Macrozona Sur, lo cual ya es un avance tanto para atacar y solucionar el problema, como para liberar efectivos que están no están siendo utilizados eficientemente. Para hacerlo se debe reconocer como un problema de seguridad nacional, de insurgentes y que, por ende, la solución más que policial pasa a ser una militar política, la que obviamente requiere de tropas militares, policías, inteligencia, y de todas las agencias del Estado. También se puede hacer en dos semanas, pero teniendo claro que va a haber bajas a uno y otro lado. Obviamente va a requerir de apoyo del Congreso porque cualquier solución mayor pasa por tener un estado de sitio, y garantías a los militares y policías de que no serán llevados a juicio injustamente. Obviamente la intervención sería con justicia militar, tropas especializadas del Ejército (BOE), Infantería de Marina y del GOPE.

Hay consenso entre los especialistas que el Ejército debe volver permanentemente a las fronteras y, lo que, es más, que se debería crear una unidad especializada en las que tenemos al norte y noreste. Es algo que se debe incorporar a sus áreas de misión, pero antes se debe revisar qué es lo que se esperaría vayan a realizar y dónde estaría la diferencia con las labores que cumplen las policías. Mantener lo que existe ahora, bajo la figura de infraestructura crítica, similar a la aplicación de un estado de emergencia, no es lo adecuado tanto porque termina afectando las capacidades de otras unidades militares, como porque, aunque finalmente está produciendo resultados, no está diseñado para ser de aplicación permanente. Está claro que cualquier solución definitiva toma tiempo.

Quizás lo más adecuado sea crear una unidad del tipo Gendarmería Argentina o de protección de fronteras como existe en los Estados Unidos de Norteamérica. Es una solución efectiva, pero requiere de gente y financiamiento. De existir, debería reportar al ministerio de Seguridad Pública. Ello liberaría a Carabineros y la PDI de esa labor, y estaría apoyada por las Fuerzas Armadas para cualquier cosa que sea más compleja.

Volviendo a posibles soluciones inmediatas del tipo emergencias que están de moda estos días, que requieren de soldados o carabineros. No los hay a no ser que se llame a la reserva, o se saquen a las escuelas a la calle. Para ello habría que tener un estado de sitio, el apoyo del Congreso, y obviamente, financiamiento, porque todo cuesta y nada es gratis. Planteo esto porque aparte de los temas ya mencionados que nos preocupan, existe la posibilidad no menor de que la izquierda se vuelque a la calle como lo han hecho en el pasado. Estar preparados para ello es importante, más aún considerando que en Carabineros de Chile no hay capacidad para, en simultáneo, atender problemas de orden público a la vez que atender los aspectos de seguridad pública que hoy en día nos tienen desbordados.

En resumen, lo que he buscado en esta columna es iluminar sobre soluciones que requieran de soldados, infantes de marina y carabineros. Los tenemos pocos y los tenemos descuidados, y, por ende, cualquier estrategia que considere su empleo, ya sea en la forma actual o en formas más intensas deben partir por entender dónde estamos parados. Con ello se podrá determinar cuántos necesitamos y cuál es el precio, algo relevante en un Chile que malgasta y esta desfinanciado.

La Macrozona Sur tiene soluciones, pero requieren de apoyo político. Las fronteras del norte y noreste tienen fenómenos más permanentes y por ende sus soluciones deben ser de largo plazo. No podemos descuidarlas y pasar nuevamente por la experiencia de ausencia de control de quienes entran ilegalmente a Chile. Es la vuelta a la calle de la izquierda la que me preocupa, me preocupa mucho porque actualmente no tenemos de dónde girar a no ser que sean las escuelas o la reserva.

Para terminar, por favor no olvidar que el rol principal del Estado es proveer seguridad a sus ciudadanos. La prioridad no es ser un estado de bienestar. No tener eso claro nos tiene donde estamos actualmente. Ello requiere invertir en seguridad y defensa, lo que implica soldados, marinos, infantes de marina, aviadores, carabineros y policías de investigaciones.

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