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Presidente del Consejo Asesor de AthenaLab comparte experiencias de liderazgo con jóvenes
Acogiendo la invitación de la Fundación Dignidad de La Pintana, como integrante de AthenaLab, compartí mis experiencias de 44 años en la Armada de Chile con un grupo de entusiastas y motivados jóvenes que quieren construir un Chile mejor, comenzando desde La Pintana, el lugar donde viven.
En esta oportunidad conversamos de Liderazgo y el impacto que tiene en cualquier organización, la forma en que dirigen quienes detentan al autoridad. La figura del Líder es quién le dará la impronta a ese grupo humano y los logros que pueda alcanzar. En mi vida en la Armada, creo que puedo rescatar cuatro (entre muchos otros) elementos esenciales que debe tener presente quién quiera ser seguido por su grupo en la consecución de objetivos que sean útiles a la sociedad. Estos elementos básicos, no necesariamente son secuenciales, ni tampoco una vez logrados, se olvidan, estos deben estar presentes todo el tiempo en que se ha asumido una posición de dirección.
El primero es «Vencerse a si mismo, ser un ejemplo». Esto se relaciona en que la primera batalla para un Líder, es vencer todos los miedos, limitaciones, inseguridades y egos que arrastramos de mucho tiempo, ya que sólo nos inmovilizarán e impedirán avanzar. Para esto requiere motivación, disciplina, resiliencia y por sobre todo voluntad. Una vez logrado lo anterior, su comportamiento íntegro a toda prueba, basado en una ética profesional y personal, deberá ser un ejemplo para quienes lo siguen. Está demostrado que nadie seguirá por un camino incierto y riesgoso a un jefe que no predica con el ejemplo y que no inspira confianza. Si lo llegara a seguir, será por temor a alguna represalia, lo que es la antítesis de un buen liderazgo.
El segundo punto es el «Sentido de Propósito, sigue una buena causa». Los antiguos filósofos griegos afirmaban, que la verdadera felicidad consistía en hacer el bien. La experiencia de muchas personas, indica que no hay nada más gratificante en la vida que sentirse útil ayudando a otras personas a tener una mejor calidad de vida. Es buscar una causa, que sea más grande que nosotros mismos y que alcanzar su logro, traiga algo bueno a quienes me rodean. Si esa causa en tan grande e importante, yo estaré dispuesto a sacrificarme y arriesgarme por otras personas y eso me hará feliz y pleno.
El tercero, es «Construye equipos cohesionados». Muchos hombres que han logrado importantes avances en la sociedad, entre otros, negocios, militares, educacionales, tecnológicos y sociales indican que ese trabajo nunca es realizado por una sola persona, por capaz que sea, sino por un gran equipo. Como decimos los militares, nadie gana una guerra solo. El líder debe confiar en su equipo, donde el resultado depende de cada uno de los integrantes. Todos son importantes, por pequeña que crean sea su responsabilidad. Las relaciones entre todos los integrantes del equipo debe estar basada en el buen trato, conocimiento personal y cumplimiento del deber. Como lema, un equipo cohesionado, nunca abandona a uno de los suyos en la desgracia. Cuando los miembros del equipo se sienten seguros, bien y justamente tratados y con el entrenamiento para la misión, se vuelven prácticamente invencibles. Si eso se logra, es por que el líder generó las condiciones para lograrlo.
El cuarto y más simple de identificar, pero a la vez más complejo de ejecutar, «Nunca temas tomar decisiones». Los líderes son tomadores de decisiones permanentes. Su esencia es la toma oportuna y eficaz de decisiones, ya sea en combate, en los negocios, en los proyectos, medicina y tantas otras situaciones para resolver favorablemente una situación. Este es un proceso complejo, pues concurren siempre muchas variables en ese momento. Aconsejo hacerse la primera pregunta, en este caso, ¿A quién me debo?, por ejemplo, si soy un director de escuela, me debo a mis alumnos. Si soy un cirujano, me debo a mi paciente. Si soy un Comandante de un buque, me debo a la misión a cumplir y para lograrlo, debo cuidar a mi dotación para que pueda cumplirla. Esto puede ayudar a ordenar la mente en el proceso. Lo segundo en este proceso de toma de decisiones. ¿Qué me detiene a tomar una decisión evidente? Lo normal es quién debe tomar una decisión, sienta miedo por los efectos en sus intereses personales (entre otros, reputación, ante la justicia, ante su electorado, ante su empleador, ante el Directorio, etc) y el temor a equivocarse, lo inhiba de tomarla. Quién no se sienta capaz de superar esta situación y se inhiba de tomar las decisiones que debe tomar, debe dejar su cargo.
Estos cuatro puntos fueron presentados y discutidos con ejemplos reales de mi vida en la Armada y los jóvenes también contribuyeron con ejemplos de sus propias vidas, lo que naturalmente enriqueció el encuentro.
Espero todos hayamos aprendido algo más de nuestras experiencias, (ese fue mi caso), y con ello, podamos preparar de mejor forma a estos extraordinarios jóvenes que tienen un tremendo potencial y que en un futuro, estoy seguro serán los lideres de sus comunidades, organizaciones y por que no decirlo, de nuestro país. Muchas gracias por la oportunidad de compartir con Uds. en La Pintana y muchas gracias a la Fundación Dignidad, por habernos dado la oportunidad de aportar a la formación de jóvenes líderes.
Julio Leiva, presidente Consejo Asesor AthenaLab
25 de septiembre 2022
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