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ANÁLISIS | ¿Drones iraníes y F-16 daneses? Cambios en los cielos vecinales  

1 de agosto de 2023
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ANÁLISIS | ¿Drones iraníes y F-16 daneses? Cambios en los cielos vecinales  

Muy movidos se encuentran los cielos de Sudamérica en estos días, con las posibles compras de Argentina, Bolivia y Perú de nuevas unidades aéreas, las que van desde drones de vigilancia hasta aviones de combate.

El gobierno boliviano de Luis Arce tuvo que transparentar, en algo, un acuerdo confidencial de defensa firmado con Irán el 20 de julio, al admitir que planea adquirir drones de vigilancia de fabricación persa para combatir de mejor forma el narcotráfico y el contrabando en las fronteras[1].  

OJOS EN EL CIELO. El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, luego de ser emplazado por Argentina y Chile, explicó que existen de “puntos ciegos” para los radares de vigilancia ya instalados en su país. Según Novillo, en lo que va del año, lograron detectar 479 vuelos irregulares, y que no fueron interceptados por la falta de equipos de detección temprana. En todo caso, el país altiplánico ya opera drones tácticos desde 2015 a lo menos.

Luego fue el turno de Perú. En su discurso ante el Congreso, que coincide con el Día de la Independencia de ese país, la presidenta Dina Boularte anunció el 28 de julio la adquisición de un avión de control del espacio aéreo y guerra electrónica para la Fuerza Aérea[2]. Esto, con el fin de fortalecer la lucha contra el narcotráfico, la minería y tala ilegal, y el contrabando, y también para reforzar la detección de embarcaciones y aeronaves que entran de forma irregular a su territorio.

Perú y Bolivia son el segundo y tercer productor mundial de cocaína, respectivamente, y desde hace décadas emplean sus fuerzas armadas en tareas de combate a la delincuencia organizada o de grupos terroristas. En tal sentido, un aumento de la vigilancia contra el narcotráfico es una buena noticia, siempre y cuando se realice de forma efectiva. En ambos casos no se han revelado el monto de las operaciones, el número de unidades ni los modelos que van a comprar.

Por lo demás, los vuelos ilegales para transportar droga son una práctica de décadas en América Latina e involucra desde avionetas a jet comerciales de carga[3]. Durante la pandemia del Covid-19, los narcovuelos se habrán incrementado para sortear el cierre de fronteras terrestres.

VOLAR DE NUEVO. Lo de Argentina avanza por otro carril. Según el corresponsal del diario La Nación en Washington, el gobierno del presidente Joe Biden habría enviado dos notificaciones al Congreso de Estados Unidos[4] sobre dos propuestas “de transferencia de equipo de defensa a la Argentina, una operación de venta de hasta 38 aviones de combate F-16 en poder de Dinamarca, y otra de cuatro aviones de patrulla marítima P-3 de Noruega; uno de ellos con capacidad para combatir submarinos”.

La Nación afirmó el 31 de julio tener acceso a las notas enviadas al Departamento de Estado. Una operación contempla “la transferencia de aviones de combate F-16 de Dinamarca y tiene un valor de venta aproximado de US$ 338.695.634. Se trata de los modelos más antiguos del avión caza norteamericano, en dos transferencias de hasta seis F-16 de la versión ‘Block 10’ y hasta 32 aviones ‘Block 15’”. La otra transacción propuesta con Noruega “involucra el traspaso de tres aviones turbohélice de patrulla marítima P3-C y un avión P3-C Orion para patrulla marítima, reconocimiento y combate antisubmarino, por un valor total de US$ 108.448.910”.

ENTRE LONDRES Y BEIJING. Es ampliamente conocido el precario estado de la flota de combate de la Fuerza Aérea Argentina, compuesta básicamente por A-4 Skyhawk, y su deseo por recuperar capacidades adquiriendo nuevas aeronaves. Debido al veto del Reino Unido a la transferencia de armas con piezas británicas posterior a la guerra de las Falkland/Malvinas (1982), Buenos Aires ha tenido que explorar alternativas, como el jet chino-paquistaní JF-17 y el caza indio Tejas HAL.

Dado su creciente acercamiento con China en materia comercial, de inversiones y de transacciones financieras, la eventual venta de los JF-17 podría ser parte de un paquete mayor para la alicaída economía argentina. A Beijing se le presentaría una tremenda oportunidad para vender material bélico más moderno y potente a Latinoamérica, donde hasta ahora han primado los aviones de instrucción, radares y transportes blindados ligeros.

Esa creciente proximidad ha hecho sonar las alarmas en Washington, que a través del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos expresa su inquietud por las ansias chinas de invertir en el país trasandino, incluyendo la posible expansión del puerto de Ushuaia. La venta de F-16 podría entenderse, entonces, como un intento norteamericano por volver a ganar terreno dentro de las fuerzas armadas argentinas, aunque por lo que sabe, Londres no ha dado su brazo a torcer, hasta ahora.

También habría que ponderar esa información por la eventual demanda inmediata de cazas F-16 por parte de Ucrania, que en reiteradas oportunidades ha pedido este tipo de aeronaves a países de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para continuar su esfuerzo bélico contra Rusia.

DESPEJANDO DUDAS. Ahora bien, todos estos anuncios ocurren cuando Argentina está altamente endeudada, Bolivia se enfrenta a una crisis bancaria y Perú se encuentra en busca de una salida política ante el impopular gobierno de Boularte. Ciertamente, este escenario le pone una cuota de incertidumbre a las potenciales compras, tanto por la capacidad real de pago de esos países como por las intenciones de los terceros en las transferencias. En particular, resulta preocupante la presencia de Irán, dado su potencial disruptivo con apoyo indirecto a milicias consideras terroristas en el pasado; de ahí la atendible inquietud de Argentina, que sufrió atentados en la década de 1990.

En una reciente encuesta publicada por AthenaLab, todos los países vecinos posicionaron como su principal amenaza al narcotráfico y expresaron preocupación por la porosidad de sus fronteras. Desde luego, esto explica algunas compras, y en el caso argentino, los aviones de exploración aeromarítima que monitorean a las flotas pesqueras extranjeras en el Atlántico Sur.

Aun así, la suma de todas estas eventuales adquisiciones está muy lejos de las capacidades de la Fuerza Aérea de Chile en la actualidad, que incluso se apresta a modernizar sus F-16, opera dos aviones de alerta temprana E-2 Sentry y que cuenta con drones Hermes 900, todo apoyado por un reciente sistema satelital. No obstante, vale la pena seguir estos desarrollos, por si siguen avanzando y con ello empiezan a alterar algún día el panorama aéreo de los cuatro países.

Equipo AthenaLab   

31 de julio de 2023


[1] Los Angeles Times (25/7/2023). “Bolivia confirma interés por drones iraníes para proteger sus fronteras”: https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2023-07-25/bolivia-confirma-interes-por-drones-iranies-para-proteger-sus-fronteras

[2] Infodefensa (28/7/2023). “Boluarte anuncia compra de avión AEW&C y red de radares para Perú”: https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/4388994/boluarte-anuncia-compra-avion-aew-c-red-radares-fuerzas-armadas-peru

[3] Verrier, M. (2020, 5 1). The Invisible Air Force: The Increasing Threat of Drug Flights. (RUSI) Retrieved 2 11, 2021, from Informer: https://shoc.rusi.org/informer/invisible-air-force-increasing-threatdrug-flights

[4] La Nación (31/720223). “Joe Biden pide autorización al Congreso para avanzar con una venta de aviones de combate F-16 a la Argentina”: https://www.lanacion.com.ar/politica/joe-biden-pide-autorizacion-al-congreso-para-avanzar-con-una-venta-de-aviones-de-combate-f-16-a-la-nid31072023/

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