COMENTARIO | Claves de la estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos de América (NSS, 2025)

Durante esta semana, específicamente el día jueves 4 de diciembre, la Casa Blanca publicó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos de América. Se trata de una publicación de 33 páginas que reafirma su doctrina de “Estados Unidos primero”. Define sus principales prioridades para la orientación y el accionar de la seguridad nacional en todas las esferas e instrumentos de poder disponibles, convirtiéndose en el documento matriz para toda la planificación subsidiaria, que incluye la política exterior, defensa, economía, energía entre otros temas sectoriales. Sin duda, se constituye como un acta fundante de la mayor relevancia para comprender el accionar de uno de los principales poderes globales, en el actual orden internacional.

En dicha línea es que destacaremos —para una mejor comprensión— algunas claves , tanto del proceso de formulación de la presente estrategia como de los principales contenidos del documento.

Lo primero por mencionar es que la publicación de estrategias de seguridad nacional es una práctica extendida entre las principales potencias y democracias modernas, tal como lo hacen China (2025), Reino Unido (2025), Francia (2025) , España (2021), entre otros países. A modo de ejemplo, dentro de los países de la OCDE, el 71,05 % poseen arquitecturas de seguridad nacional, y en la OTAN el porcentaje sube a un 80 %.

Lo segundo es mencionar que dicha práctica de explicitar —ediciones públicas— las estrategias de seguridad nacional presuponen la existencia de un nivel de gobernanza y estructuras afines desde donde se gestiona la mencionada estrategia, hacia un proceso interagencial, que considera todos los instrumentos de poder existentes. En consecuencia, primero es la estructura y luego la explicitación de un medio para lograr los objetivos nacionales, como lo es toda estrategia, en forma coherente a los recursos. 

Al hacer mención del carácter público de dichos documentos, debemos advertir que no debiéramos considerarlos tanto por lo que dicen, sino más bien por lo que no se explicita en ellos. El verdadero juego de poder internacional no se ejecuta en el tablero internacional, sobre la mesa, sino que sucede bajo esta, más bien en forma reservada y secreta.

Un tercer elemento destacable es que, en el actual modelo estadounidense, la explicitación de la estrategia de seguridad nacional —en la forma en que se opera hoy— y su respectiva transmisión de esta al Congreso, se realiza por una ley especial. Dicho documento es una ley, la Goldwater-Nichols. En consecuencia, la Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) es un informe exigido por la Sección 603 de la Ley de Reorganización del Departamento de Defensa Goldwater-Nichols de 1986 (Ley Pública 99-433), que estableció, de paso, la mayor reorganización del Departamento de Defensa en los Estados Unidos, estableciendo la figura del “Joint Chieff of Staff” como el principal asesor del Comandante en Jefe, que en este caso esel presidente de la República, así como entregó el mando efectivo a los comandantes de Comandos Operativos establecidos. La NSS se ha transmitido anualmente desde 1987, y la del 2025 es su última versión. En la práctica, se ha publicado últimamente cada cuatro años y normalmente antes de un año del inicio del período presidencial.

Fuente: Elaboración propia.

B. Desarrollo

Ahora bien, respecto del contenido de esta última publicación, esta se encuentra estructurada en cuatro partes fundamentales. Las tres primeras se presentan con unapregunta: la primera lo hace como una introducción, en que figura la pregunta “¿Qué es la estrategia de los EE.UU.?”; la segunda parte se refiere a “¿Qué debería pretender los EE.UU.?”; y la tercera, “¿Cuáles son los medios disponibles para los objetivos que EE.UU. pretende obtener?”Finalmente, la cuarta parte y última se refiere a la estrategia en sí y su impacto en las diversas regiones a nivel global.

En la primera parte de la NSS 2025 se establecenconsideraciones conceptuales, definiendo la estrategia como un plan concreto en que se detalla la forma de obtener los objetivos definidos, y lo hace más que un listado de buenas intenciones. Vincula, de esta forma, los fines deseados con los recursos disponibles. Ello se aparta de enfoques tradicionales post Guerra Fría que —a juicio de la estrategia— llevaron a fomentar una globalización descontrolada, con un libre comercio perjudicial, en un contexto de alta dependencia entre aliados, con agendas propias. Finaliza mencionando el primer período del presidente Trump como el inicio de la corrección para superar lo mencionado anteriormente. En este aspecto, es relevante destacar su claridad y capacidad de autocrítica, en función de lo que se legitima el repliegue selectivo a impulsar, evitando las anteriores referencias al logro de un posicionamiento de carácter y dominio global.

En la segunda parte se establecen y detallan los objetivos generales y específicos. En el ámbito doméstico, destacan los siguientes objetivos: la supervivencia soberana, a través de un efectivo control de fronteras; infraestructura resiliente; una defensa estadounidense con tecnología nuclear avanzada, acompañada de una economía industrial más fuerte y vigorosa, como el elemento fundante de todo objetivo, así como la meta de una adecuada restauración del empleo y una mayor unidad y cohesión nacional vía lo familiar. Respecto de los objetivos por áreas geográficas, se da prioridad a un hemisferio occidental (continente americano) estable, sin grandes corrientes migratorias ni carteles criminales. Un Indo-Pacífico libre de la dominación china; una Europa segura, pero autosuficiente; un Medio Oriente sin los niveles de conflictividad y enfrentamientos eternos. Adicionalmente, se destaca y se menciona el liderazgo a desarrollar en los ámbitos tecnológicos de la inteligencia artificial, la biotecnología y la computación cuántica. Esta parte de la estrategia se estima como la más ambiciosa y coherente, en la que se establece la directa relación entre la seguridad con el desarrollo y la prosperidad económica, lo que claramente la diferencia de ediciones anteriores más idealistas. En este apartado, la referencia al “Corolario de Trump a la Doctrina Monroe” claramente se refiere a la influencia de actores externos; particularmente,China en América Latina.

En la tercera parte se destacan los aspectos fundamentalespara el éxito de la estrategia: un sistema político ágil; una fundante economía innovadora; la consolidación del dólar como reserva global; un claro liderazgo en las tecnologías deavanzada; un Ejército poderoso sin rivales cercanos a su capacidad; una sólida red de alianzas, marcadas por una geografía ventajosa, y un “soft power” patriótico. En suma,esta sección se caracteriza por ser optimista en lo que se pretende, en un marco muy realista de sus postulados.

La cuarta parte contiene la sección más operacional del documento, la que se divide en: “Principios, prioridades y las diversas regiones”. Respecto de los principios, mantiene el concepto de “America First”, en el marco de un realismo flexible, sin un intervencionismo que no sea justificado, con relevancia en la soberanía nacional, los equilibrios de poderes y una mayor reciprocidad entre las respectivas alianzas. Existe una clara intención de presentar la gestión del presidente Trump como clave en la resolución de conflictos, fundamentalmente a través de la vía diplomática no convencional. En este apartado se observa un refuerzo a las posibilidades de la disuasión como herramienta, lo que se debiera compatibilizar con la potencial erosión de las normas internacionales.

Respecto de las prioridades, se destaca el objetivo de terminar con la migración masiva, la protección de las libertades, el compartir los esfuerzos de seguridad, el realineamiento vía los acuerdos de paz impulsados; la seguridad en su dimensión económica, a través de un comercio más equilibrado, un acento en la reindustrialización y un mayor dominio energético.

En lo referido a las diversas regiones geopolíticas globales, se destacan las siguientes ideas principales:

– Hemisferio occidental (continente americano), la reafirmación de la “Doctrina Monroe” (corolario Trump) para excluir rivales e influencias externas, así como una mayor cooperación en el control migratorio.

– Sobre Asia, se sostiene un claro reconocimiento de China como principal potencia competidora, con la cual se debiera accionar con reciprocidad económica; la mantención de la defensa de Taiwán, fortaleciendo de paso la alianza del QUAD. Lo anterior, en el contexto de un Indo-Pacífico abierto y liderado desde una clara posición de fuerza.

– Respecto de Europa Central, se establece un apoyo a las soberanías; lograr el fin de la guerra en Ucrania;generar un mayor control de los movimientos migratorios y fortalecer la identidad nacional debilitada. De paso, prioriza la estabilidad del espacio europeo, por sobre la expansión de la OTAN.

– En cuanto al Oriente Medio, la expansión de los acuerdos de Abraham se presenta como una herramienta de paz, seguridad y desarrollo. Se aprecia en este punto una subestimación de las implicancias de Irán como actor regional y su capacidad de alterar la estabilidad regional. Se confirma en el documento la relevancia de mantener el suministro energético desde esta región, abierto y seguro, a través de la mantención de sus principales rutas marítimas abiertas (mar Rojo, estrecho de Ormuz).

– Sobre África, se destaca el potencial de construir relaciones de socios selectos con Estados amigos y confiables para construir mutuos beneficios. Esto, en los aspectos de negocios e inversiones, transitando desde un paradigma centrado más en la ayuda individual a uno de inversiones y crecimiento capaz de aprovechar los abundantes recursos naturales y el potencial económico latente de África, mitigando, de paso, los conflictos existentes.

C. Consideraciones finales

Con todo, se aprecia que la reciente estrategia de seguridad nacional de los EE.UU. es una en la que predomina una visión realista de las relaciones internacionales, con claro predominio conceptual de los factores de poder, así como la relevancia de la disuasión en la obtención de objetivos o efectos en la conducta de otros Estados. Se observa un claro predominio de las ganancias tangibles y absolutas, sobre otras consideraciones como ideales universales. Sin duda, su éxito dependerá de la correcta ejecución, en un mundo cada vez más volátil, incierto y disruptivo, en la que la interacción con potencias rivales determinará los niveles de paz y seguridad globales.

Finalmente, es necesario reiterar que —en el contexto de un Estado moderno— la seguridad nacional es la responsabilidad primaria de todo gobierno; sin seguridad no hay democracia ni desarrollo posible. De igual manera, su efecto es clave para establecer los fundamentos de una adecuada prosperidad y forma de vida libre de riesgos, en el contexto de fronteras seguras y una economía estable. Su accionar implica la protección de todos y cada uno de los ciudadanos, así como la promoción del interés nacional de Chile, posibilitando contar con un país más seguro, fuerte, soberano y competitivo, con reales ventajas para enfrentar los riesgos, amenazas y oportunidades que se le presentan en el corto, mediano y largo plazo.