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Análisis comparado: una pandemia, muchas lecciones

20 de mayo de 2020
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Análisis comparado: una pandemia, muchas lecciones

En el marco del curso de Análisis de Actualidad Internacional que dicta la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica, los alumnos del primer semestre de 2020 investigaron las respuestas de más de 30 países ante la pandemia del coronavirus, revisando medidas políticas, económicas, de seguridad y relativas al manejo de las conexiones geográficas.

Si bien todavía es temprano para evaluar qué países lo están haciendo relativamente bien o mal, ya que la emergencia está en pleno desarrollo, es interesante notar que una respuesta consistente no parece depender ni del sistema económico vigente ni del tipo de régimen político. Al final, se trataría de una combinación de liderazgo, previsión, bueno uso de los recursos y colaboración ciudadana. A continuación, se expondrán algunas conclusiones que se obtuvieron al cruzar las informaciones obtenidas por ellos: 

  • No importa tanto la naturaleza del sistema político como la calidad del liderazgo para enfrentar la pandemia. Se aprecian democracias con buen desempeño y autocracias con mal desempeño, y viceversa.
  • La cohesión social, la confianza en las instituciones y contar con una oposición cooperativa son grandes activos cuando un país se ve sujeto a una emergencia nacional.
  • Cuando la disciplina social es parte de la idiosincrasia de un pueblo, hay mayores posibilidades de éxito del distanciamiento social o de las medidas de confinamiento, sin necesidad de hacerlas obligatorias.
  • La descentralización administrativa puede ser buena si falla el liderazgo nacional, ya que las autoridades locales subsanan los déficits de conducción de la autoridad central. Pero también puede complicar la coordinación en algunos casos.
  • La interdependencia económica limita la capacidad de los estados a la hora de disponer de suministros médicos. Por eso, resulta conveniente adoptar medidas anticipatorias para futuros escenarios de crisis. Firmar acuerdos que garanticen el libre flujo de suministros, crear centros de almacenamiento estratégicos y desarrollar cierta capacidad productiva local orientada a equipos básicos, son medidas razonables.
  • Un manejo de finanzas serio, disposición de ahorros (fondos soberanos y reservas), tener fácil acceso a créditos internacionales y el aporte de la empresa privada, ayudan mucho en caso de una emergencia. Existen países sin mayor margen para lanzar paquetes de emergencia. Por lo visto, la capacidad de respuesta no depende tanto del modelo económico, como de la habilidad y credibilidad de quienes manejan las finanzas.
  • Contar con un sistema de salud robusto, con un número adecuado de médicos per cápita e instalaciones modernas y suficientes, es de gran ayuda en caso de una pandemia. Independiente de la naturaleza del sistema de salud mismo (estatal o mixto).
  • El control fronterizo terrestre, marítimo y aéreo estricto llegó para quedarse, con las implicancias que ello tiene en cuanto a las limitaciones de los flujos de personas y bienes.
  • En caso de una pandemia, el empleo de los militares resulta pertinente por su capacidad de despliegue nacional, planificación y transporte.
  • El uso de la tecnología es clave para identificar casos de contagio, hacerles seguimiento y vigilar que no aparezcan nuevos. Pero también supone un problema respecto a la privacidad de los datos de las personas, en especial en las democracias.
  • La comunicación constante es muy importante en una pandemia, donde la honestidad y la empatía son las actitudes deseables a la hora de transmitir mensajes. Pero también es necesario combatir la gran desinformación que se genera de forma intencional o involuntaria, sobre todo cuando hay desconocimiento de los alcances de la pandemia.

CONCLUSIÓN FINAL

Ante la pandemia, debe existir una capacidad de adaptación permanente de las autoridades y la sociedad en su conjunto, puesto que se trata de un aprendizaje colectivo para ir refinando la respuesta, con tal de ir haciéndola más y más eficiente.


A FUTURO

Corresponde definir capacidades nacionales que serán consideradas estratégicas para el bienestar de la población ante emergencias de salud pública y que deben ser reforzadas ante la experiencia vivida. Por ejemplo, se sugiere elaborar planes de contingencia ante pandemias donde concurran entidades públicas y privadas; disponer de fondos de emergencia específicos para comprar material necesario rápidamente; estudiar la creación de centros de almacenamiento de insumos y fomentar algunas industrias clave; y reforzar lazos con países que tengan un rol productivo o logístico fundamental en la cadena de suministros médicos.     

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